A 26 kilómetros de la ciudad de Oaxaca, por la carretera 175, se localiza este pintoresco pueblo cuyo nombre significa en zapoteco “abajo de la iglesia”, en el que se elabora una gran variedad de artesanías, como bordados y tejidos, que se ofrecen al público en días de plaza, que es el viernes. Es digno de visitarse su templo, edificado en honor a Santo Tomás, que data del siglo XVII. En su interior hay retablos de estilo barroco de buena calidad.
Por otro lado, la sensibilidad y creatividad de las manos oaxaqueñas se evidencian en finos trabajos manuales de hilo-seda o algodón que crean piezas de uso personal, utilitarias o decorativas también con un valor cultural.